Abramos debate, hermanas, sobre estas habilidades, que tan habilidosamente se han situado en primera línea de venta en el escaparate de actitudes a consumir.

Si googleamos las palabritas mágicas: Habilidades sociales, lloverán sobre nuestras pantallas multitud de artículos, libros, cursos…todos ellos con la pretensión de explicarnos cómo ser más socialmente habilidosos.

Pero: ¿Qué es eso, de ser socialmente habilidoso?

Para intentar comprender lo mejor posible este concepto, voy a empezar por las raíces:

El significado de habilidad en cuanto a locución verbal, según la rae, es el siguiente: Valerse de toda su destreza y maña para negociar o conseguir algo.

Este significado, da fe nata sobre lo que por habilidades sociales nos están vendiendo. Viene a ser algo así como: Valerte de todas tus mañas para conseguir ser socialmente atractivo para los demás. Y por supuesto, uno no nace conociendo todas estas artimañas, si no que se aprenden, y por este motivo es que…

Hartos estamos de ver publicidad en la que se nos ofrecen técnicas para ser más proactivo, mejorar tus habilidades sociales, vencer tus miedos, ser más carismático, etc.

Encontramos multitud de ofertas de este tipo de cursos, en los que se enseña a las personas como hablar, gesticular, mirar, andar…para «ganarte a tu público», el cual, son los otros.  Ofertas, todas ellas, encabezadas con títulos que, si nos paramos un poco a analizar, percibimos son de lo más incoherente, hete aquí un par de ellos:

Cómo vencer tus miedos y ser más sociable y carismático.

Bueno…desentrañemos esta chorrada, hermanas.

Vencer tus miedos nada tiene que ver con ser más sociable y carismático.

Una persona que no es carismática, ni muy sociable, no tiene porque tener más miedos que los demás. Simplemente puede ser que tenga una personalidad introvertida y no necesite tanto sociabilizar ni ser el centro de atención. De hecho, una persona que tiene mucha necesidad de ser el centro de atención, normalmente teme, y mucho, no ser vista, o estar a solas y encontrarse consigo misma. Aunque exude carisma por todos los poros y la gente se derrita ante sus argumentos.

Vamos a por otro:

Mejora tus habilidades sociales y conviértete en tu mejor versión.

Ser tu mejor versión, es ser esa versión de ti misma/o que te lleva a tu propia autorrealización personal. Mejores versiones hay tantas como personas, y el camino para descubrir la tuya es el autoconocimiento. ¿Cómo es posible que nos creamos, que seremos más felices si todos somos iguales, y actuamos igual?

Sin darnos cuenta, la «norma» se ha filtrado incluso en los cursos de desarrollo personal. Se nos induce por todos los medios a cumplir un patrón de personalidad lo más «estándar» posible (que así somos más «bonicos» y más controlables).

Tal vez tu mejor versión te lleve a ser feliz y sentirte super realizado siendo pastor de ovejas, para lo cual tendrás que aprender a silbar entre otras cosas, pero no vas a necesitar mejorar tus habilidades sociales (al menos con humanos).

Estas habilidades sociales que nos venden, son muy útiles si por ejemplo eres comercial, o te dedicas a algo similar que precise de vender algún producto real. Pero ojo, porque nada tienen que ver con el desarrollo personal, y no te van a ayudar a ser más feliz.

Las autenticas habilidades sociales, que si tienen que ver con el desarrollo personal, y te ayudarán a vivir sin ansiedad, son las siguientes:

  • Empatía.
  • Aceptación: De los demás tal y como son y DE TI MISMO TAL Y COMO ERES.
  • Respeto: Cada cual, al igual que tu, tiene derecho a ser como sea.
  • No judgar: Todos somos humanos, y como tales hacemos lo que podemos con lo que tenemos.
  • Escucha activa: Si, escuchar con atención y sin prejuicios, es algo que debemos aprender: escuchar antes de comunicar (si no fuese así,  los bebés nacerían hablando)
  • Y sobre todo, coherencia: en tus palabras y acciones. Cuando interactúas con los demás, las incoherencias son como «gatillos «que saltan, y quitan fuerza y efecto a tus palabras. Un mensaje contundente siempre ha de ser coherente. Aunque hemos de reconocer, que es muy difícil ser coherentes, en una sociedad en la que se nos insta a mostrar solo lo positivo y esconder lo negativo.

¿Menudo bajón eh? No suena nada atractivo, no dan ganas de comprarlo lo mires por dónde lo mires.

Bueno, la cuestión es que los cursos y talleres de desarrollo personal, se venden. Por tanto, también se rigen bajo la ley de la oferta y la demanda. Motivo por el cual, muchos ofrecen lo mismo: Se más proactivo. Se más positivo. Se más extrovertido, etc.

Lo importante aquí, es que tengamos claro que, estas habilidades sociales de las que nos habla la publicidad, no son más que una moda.

La moda, según nos enseña la estadística, es lo que la mayoría de la gente consume, y funciona del siguiente modo: Se crea un producto apetecible; se publicita para que la gente lo desee; ese producto se vende masivamente, y se convierte en moda. Así ocurre también en el mercado de los cursos de desarrollo personal, en los  cuales, el producto de moda y a vender  (en muchas ocasiones, no todas) es un tipo de personalidad. Te hacen creer, que si imitas el tipo de personalidad que te están vendiendo, serás feliz.

Justo ayer, llegó a mis ojos este artículo publicado en cultura inquieta, en el cual hablan a cerca de un término, que en Japón se denomina «Honjok», un neologismo que combina las palabras surcoreanas ‘hon’ (solo) y ‘jok’ (tribu).  En este artículo nos cuentan como en Corea del Sur, en una cultura que ha sido tradicionalmente familiar, la moda empezó a cambiar hace unos años. Hoy en día un 30 por ciento de la población viven solos, y más de la mitad comen solos a diario.

Me parece interesante finalizar el post con una reflexión a cerca de este contraste. Aunque veo difícil que esta moda llegue en breve a un país colectivista como es España, viene bien conocer como funcionan las modas, para darnos cuenta de porque, y para que, hacemos lo que hacemos.

Y es que, la mayoría de las veces (y los especialistas en marketing saben mucho sobre esto) ni siquiera somos conscientes del origen de nuestros deseos y decisiones.