Hoy voy a Hablar con Laura Juarros, alguien que tiene mucho que contar sobre arquetipos femeninos, ya que lleva años estudiándolos y trabajando con ellos. Aquí va una pequeña conversación en la que nos desvela cosas muy interesantes sobre como actúan los arquetipos femeninos a nivel social y personal.

 

Háblanos sobre los arquetipos femeninos: ¿Qué representan para ti?

La palabra arquetipo viene del griego: “primer grabador” se podría traducir.

Hace referencia a los moldes de las formas, a las predisposiciones de organizan el psiquismo humano.

Como especie tenderíamos o estaríamos predispuestas a generar determinadas formas o arquetipos. Según la cultura aparecen variantes de estas formas, pero hay un trasfondo común. Por ejemplo, en todas las sociedades humanas aparece la Gran Madre, uno de los arquetipos primordiales. Esto se da tanto en sociedades tribales, como en grandes civilizaciones como la egipcia, maya, china o india, y todas ellas comparten las principales características. El descubrimiento de Jung fue que culturas y pueblos que era imposible que hubieran tenido contacto entre si podían producir contenidos simbólicos similares en sus mitos, por lo que debía existir un inconsciente colectivo y las imágenes arquetípicas serian parte de él.

También vio que en la mitología de las diferentes sociedades, las historias que se transmitían  de forma oral contenían líneas de aprendizaje sobre como atravesar situaciones que podemos llamar arquetípicas. Ejemplos de ello son el paso a la edad adulta, a la vejez… podemos decir que hay arquetipos vinculados a diferentes fases del ciclo vital: niño ,niña, puer o la puella, anciana o sabia ,el héroe o la heroína, etc.

¿En qué modo crees que afectan los arquetipos a las mujeres en el momento actual?

Si vamos a los arquetipos femeninos, la Gran Diosa sería un arquetipo global del cual se van diferenciando distintos aspectos a medida que lo femenino se va diferenciando.

Por ejemplo, en el panteón de las diosas griegas, nos reconocemos de forma relativamente  fácil las mujeres que estamos bajo la influencia de la cultura occidental, y podemos vernos reflejadas en ellas. El interesante trabajo de Jean Sinoda Bolen va en este sentido.

Nos ayuda a entender que fuerzas nos dominan de alguna forma, y de qué modo al dominarnos puede conducirnos a sufrirlas, a determinar ciertos sucesos o destinos. O bien, al mismo tiempo, «nos otorgan sus dones» si están bien integradas o equilibradas con el desarrollo de otros arquetipos. El factor importante es desarrollar conciencia de cómo nos influyen, y desde ahí, podemos decidir que nos determinen menos y hacer un trabajo sobre nosotras mismas.

En la mitología de estas «diosas», aparecen tanto sus facetas luminosas como sus facetas oscuras o sombrías y nos aportan luz sobre nuestras vidas. También en sus historias aparecen caminos de transformación, lo cual nos pone en contacto con los pasos que de alguna forma nos ayudan a lidiar con esas dificultades, o con las actitudes que nos convendría  desarrollar en un determinado momento de nuestras vidas.

Continuemos hablando un poco más sobre los arquetipos femeninos en la actualidad ¿Cuáles son lo que consideras están más presentes hoy en día en la sociedad femenina occidental? Sería estupendo que nos expliques un poco el significado de cada uno.

Yo creo que están todos presentes, aunque es cierto que desde los años 60, y gracias a las olas de feminismo, los Arquetipos de las diosas Vírgenes como Artemisa y Atenea tienen más posibilidades de expresarse y no ser reprimidos. Las diosas vírgenes son las que no se definen en relación a las relaciones con la pareja,  hijos e hijas, e impulsan a las mujeres a buscar sus propios objetivos, bien en el ámbito profesional o el activismo social.

También cierta  liberación de la sexualidad permite que Afrodita pueda expresarse algo más, pero todavía falta que las mujeres podamos construirnos como sujetos  deseantes. No en función de los deseos de los hombres, y  según los modelos que el patriarcado «moderno» nos ofrece como empoderadores (tipo Shakira), sino enraizadas en nuestro propio cuerpo y autonomía. Todavía demasiadas mujeres padecen la tiranía del cuerpo ideal y los modelos de belleza impuestos, y un desarrollo de Afrodita permitiría el amor propio y la propia vivencia del placer  fuera de estereotipos.

Démeter, el arquetipo de la madre, sigue siendo poderoso en las mujeres, a pesar de que el rol de madre no es lo único que se espera de las mujeres, pero la maternidad sigue ejerciéndose con mucha presión y los mandatos están ahí. Un aspecto positivo de este arquetipo puede expresarse en este momento en la  lucha por poner a los cuidados en el centro de la organización social, más allá del ámbito familiar, y que sean ejercidos tanto por hombres como por mujeres con criterios de corresponsabilidad .Construir «comunidades cuidadoras».

El arquetipo de Hera, la esposa, sigue estando presente en mujeres con anhelo de tener una pareja y dedicar gran parte de su energía a ella. Es cierto que culturalmente no esta tan reforzado como en la generación de nuestras madres, y que puede encontrar  expresiones más sanas si se es capaz de desmontar los mitos del amor romántico,  que siguen circulando en películas, revistas etc. En positivo este arquetipo incentiva la capacidad de compromiso en las relaciones. Es verdad que en nuestra sociedad actual es más probable que signifique vivir varias relaciones sucesivas, y no la única típica de» hasta que la Muerte nos separe», e ir aprendiendo en cada una a sentirse más completa.

En los ambientes de espiritualidad y terapias alternativas, podemos encontrar muchas mujeres en que el arquetipo de Hestia y Perséfone es importante, Hestia es una diosa virgen, cuyo ámbito es el mundo interior. El ejercicio de la meditación ayuda a activar este arquetipo. Perséfone es más la mujer psíquica, que muchas veces a través de experiencias de vulnerabilidad desarrolla una capacidad de contacto con el inconsciente. Si trabaja en su sanación, se convierte en guía para otras personas. En muchas terapeutas este arquetipo es potente. También en otros casos puede extraviarse y quedar enredada en su inconsciente, en la neurosis o psicosis.

Hay un concepto sobre el cual  acabas de hablar que me parece muy interesante: El hecho de concebir al arquetipo de la madre como “comunidades cuidadoras”. Sería muy enriquecedor que consiguiéramos actualizar este arquetipo en dicha dirección. ¿Nos puedes hablar un poco más sobre esto?

Si, sería una expresión actualizada del arquetipo que de alguna manera está en marcha, trascendiendo la maternidad el espacio reducido en el que está, en la familia nuclear, para ocupar un espacio más amplio. Habla sobre poner la vida en el centro, situando los cuidados en el centro de la organización social. Esta conceptualización de “madre”, podría ser una revalorización del arquetipo materno y generar un cambio social  y de valores que la humanidad estamos necesitando con urgencia. Algunas autoras feministas como Victoria Sau, hablan de la necesidad de trascender la Maternidad a lo económico, político y social.

Un ejemplo  del arquetipo de la Madre que resuena con la historia De Démeter es la de las Madres de la Plaza de Mayo de Argentina, o los colectivos de madres de Ciudad Juárez y el Norte de México que incansablemente claman al estado por esclarecer el destino de sus hijas y que se haga justicia para con ellas.

Volviendo al tema de los arquetipos femeninos en la actualidad: ¿Qué consejo le darías a las mujeres que están intentando liberarse de los roles femeninos dependientes de la mirada masculina? ¿Qué arquetipos necesitamos potenciar las mujeres para salir del actual estado de “mujer objeto que se hace desear”, tan presente entre nuestras jóvenes?

Pues entender mejor quienes somos, buscar otros referentes en la historia de mujeres que pese a todos los condicionantes han ejercido cierto grado de libertad personal y criterio propio.

Como arquetipos, las diosas vírgenes, sobretodo Artemisa y Hestia son las más independientes de la mirada masculina. Artemisa como diosa de la naturaleza, y Hestia, que potencia el cultivo de un centro interior. Atenea es la mujer profesional, pero como buena hija de Zeus, ya que éste se traga a la Madre antes de nacer ella, sigue más el modelo masculino y se mueve bien en los ámbitos intelectuales y de negocios, y  esto le permite independencia económica, que no es ninguna tontería, y se relaciona con los hombres de tú a tú.

También sería interesante cultivar los aspectos más evolucionados de todos los arquetipos que nos conforman, a cada una unos en particular, y padecerlos menos. Un arquetipo de Afrodita bien desarrollado genera capacidad de relacionarse sin perder el propio centro y gozar de la vida, la sexualidad y creatividad. Perséfone puede desarrollar sus capacidades visionarias. Demeter equilibrar dar y recibir poniendo límites y nutriendo sus proyectos. Y Hera dejar de proyectar en la pareja la realización y reconocer su propio poder.

Laura Juarros es psicóloga, con más de veinte años de experiencia en arquetipos y trabajo personal con mujeres. Ha escrito varios artículos sobre arquetipos femeninos para la revista Frida, a los cuales puedes acceder desde su página web haciendo clic «aquí». También forma parte del grupo «Genero e Igualdad» de la Universidad de la Rioja.