Hablemos del arquetipo del saboteador hermanas/os…

“La mentira sólo está justificada cuando responde a la supervivencia. Incluso los animales disponen del instinto de hacerse los muertos cuando perciben a un depredador.”

He de decirte que empiezo a escribir este artículo con mucha emoción, ya que me encanta hablar sobre este arquetipo. Pienso que conocerlo y desarmarlo, es para muchas personas el santo grial de la liberación mental. La llave que abre la caja de los proyectos realizados. Ya que el arquetipo del saboteador, es justamente la persona que pone el candado en esta caja, no permitiendo que entre nada. Dicho esto: Preparados, listos… ¡ya! Vamos a por el:

El arquetipo del saboteador es esa vocecita en tu interior, que corta tu espontaneidad y entierra tu intuición cada vez que brota una idea de tu cabeza.

“Mejor ni lo intentes, seguro que sale mal. Eso ya lo hace mucha gente, para que me voy a molestar. No te hagas ilusiones con esta relación, mejor que mantengas las distancias que seguro que te acaba fallando. No estás bastante preparado para dedicarte a eso”. Bla, bla, bla…

¿Por qué hace esto el saboteador? Lo hace, al igual que los otros arquetipos de la supervivencia, porque tiene miedo, y mucho. Miedo de que sufras, de que te «equivoques», de todo. Ve todos los posibles cambios como trampas mortales. Los sabotea, para que te quedes paradito y quieto dónde estás; a ver si por dar un paso vas a pisar una mina. Una cosa a tener muy en cuenta:

Sus miedos, que para el son de lo más racionales, en realidad, son DESPROPORCIONADOS.

Para entender esto, sólo hay que ver una cosa. Un hecho que sí es real y racional, y que tenemos ante nuestras narices:

-¿Cómo es que algunas personas consiguen sus propósitos sin demasiadas complicaciones? Simplemente proyectan y hacen. Tal vez no les salga bien a la primera, pero lo siguen intentando hasta que lo consiguen.

-Sencillo: Estas personas tienen al saboteador bajo su control, no son controladas por él.

Esto es lo que ocurre cuando funcionas bajo el control del arquetipo del saboteador:

Cualquier decisión o posibilidad de cambio son interpretadas por tu inconsciente como una amenaza que desestabiliza toda tu vida. La reacción inmediata, es buscar alguna excusa racional para aferrarte a tu estado actual de falsa seguridad, y no ejecutar ningún cambio.

Ahora, imagina que estás en una casa junto al mar, viendo como otras personas se bañan, toman el sol, juegan y disfrutan. Tu observas desde la ventana dudando si darte un baño o no. En ese momento salta tu saboteador y comienza esta charla:

“Míralos ahí tan felices ¡Inconscientes! Se van a quemar con tanto sol y les va a salir un cáncer. ¡Mira ese que sale del agua corriendo! Ya le habrá picado una medusa…fijo que está plagado de medusas.”

Así que te quedas en casita creyendo que eres feliz porque estás seguro. Que tú eres una persona racional y realista, y los que disfrutan de la vida unos verdaderos inconscientes.

Te voy a poner algunos ejemplos de situaciones básicas, para ver si reconoces al arquetipo del saboteador en ti:

  • ¿Cuántas veces te has propuesto un cambio personal (dieta, ejercicio, estudiar, etc) pero has encontrado mil impedimentos que han saboteado tus intentos?
  • ¿Alguna vez has observado como alguien inicia un nuevo proyecto y has pensado? » Bah, no  va a funcionar ¿y si ha funcionado te has dicho a ti misma/o que ha sido producto de la casualidad o la suerte?
  • ¿Tienes alguna espinita clavada? como hacer un viaje, etc, ¿pero te engañas diciendote que tienes mejores razones para no hacerlo que para hacerlo?
  • ¿Y cuando has dicho? “a partir de ahora voy a hacer las cosas de otra manera” ¿pero has seguido igual?

Pues hete aquí la madre del cordero. El saboteador se ocupa de que NO CAMBIES NADA, ya que para él cualquier cambio supone un riesgo innecesario. Y el tipo tiene muchas estrategias para conseguir convencerte, estrategias que va perfeccionando y mejorando gracias a tus experiencias.

Ahora te voy a contar un cuento, que aunque me lo he inventado ha sido realidad milloooones de veces, para que veas de un modo más gráfico el funcionamiento de este arquetipo.

La pequeña historia del Felipín.

Felipín, tras una experiencia traumática en su adolescencia, al ser traicionado y abandonado por Fermina (su primera novia) sobrealimentó e hizo muy fuerte al arquetipo que lo protegería en un futuro para que esto no le volviera a suceder: El saboteador.

Felipín, que ya había llegado a una edad suficiente como para ser llamado Felipe,  se quejaba de que en sus posteriores relaciones la cosa nunca duraba demasiado. Felipe no se abría ni se comunicaba emocionalmente con sus parejas. Siempre les buscaba defectos en los que focalizaba su atención. Buscaba motivos por los cuales si la relación no funcionaba daba igual, o casi que mejor, total la chica no era la correcta, nunca era la correcta.

Esta situación continuó del mismo modo, hasta que Felipe reconoció a su saboteador interno, y se hizo consciente del motivo de su incapacidad para ser plenamente feliz, y mantener una relación satisfactoria. Entonces Felipe, además de hacer un importante trabajo personal para quitarle el control a su enorme saboteador. Consiguió soltarse emocionalmente y empezar a disfrutar de las situaciones y las personas.

Y así es como Felipe, y su arquetipo del saboteador, fueron felices y comieron perdices. FIN.

Como ves, el arquetipo del saboteador es una figura pero que muy presente en nuestras vidas.

Esto se debe a que es un personaje que fue generado por el miedo al cambio, un miedo muy bien inculcado en nuestra sociedad: gran arma de manipulación masiva.

Lo importante a saber aquí, es que podemos hacernos amigos de nuestro saboteador con paciencia, cariño y mano firme.

Cuando integras al saboteador, te vas volviendo consciente de sus tácticas de sabotaje. Aprendes a interceptarlas, antes de que sea él quien intercepte tus propósitos y los bloquee. Poco a poco, al ritmo que vas perdiendo el miedo, al ver que tus exageradas y fatídicas profecías no se cumplen, irás relajándote y ganando confianza en ti mismo.  Esto te ayuda a aprender a  arriesgarte y ser valiente, aceptando e incluso disfrutando de un sano nivel de incertidumbre.

Aprendes a calibrar las sitiuaciónes de forma objetiva, y no las ves teñidas de un supuesto realismo, que en realidad roza la paranoia catastrófica. También a diferenciar los miedos irracionales y dejarlos a un lado, ya que has aprendido a guiarte por tu intuición y a confiar en tu capacidad de discernimiento. Te vas sintiendo más libre para actuar y arriesgarte, lo cual harás mejor que nadie, porque serás capaz de ver muy bien tanto las posibilidades como los obstáculos reales de las situaciones.

Conforme más presente y consciente estés de tus actos, y más en contacto te mantengas con lo que quieres manifestar y lo que no, más fácil cortarás a este paranoico y lo pondrás bajo control. Cuando asome las orejillas podrás  tratar con él como una persona civilizada y decirle: ¡Relax amigo! Todo va a ir bien. Y si alguna cosa no va tan bien, ¡pues no es para tanto!

 

La vida no vivida es una enfermedad de la que se puede morir. Calrl. G. Jung.

 

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